10 consejos imprescindibles para poner en marcha la gestión clínica
El doctor Carlos Macaya, presidente de la Fundación Española del Corazón y de la Fundación IMAS, explica cómo implantar la Gestión Clínica en una jornada sobre “Experiencias en Gestión” en el Colegio de Médicos de Las Palmas
Mientras el Real Decreto sobre Gestión Clínica se encuentra en un punto muerto, las sociedades científicas e instituciones sanitarias siguen avanzando en ese terreno con diferentes propuestas, como la formación de cientos de profesionales.
“La Gestión Clínica es una herramienta para hacer las cosas mejor pero no es un fin en sí mismo. Requiere entender lo que es la eficiencia: obtener el mejor resultado en salud con el coste más adecuado y esto sólo se consigue involucrando a los profesionales en la toma de decisiones”. Así de contundente se ha mostrado el Dr. Macaya, presidente de la Fundación Española del Corazón y jefe del servicio de cardiología del Hospital Clínico de Madrid, en una jornada sobre “Experiencias en Gestión” organizada en el Colegio de Médicos de Las Palmas dentro del Máster en Gestión de Unidades Clínicas impartido con la Fundación IMAS. “Necesitamos una nueva arquitectura de la organización, así como nuevos indicadores y sistemas de medida”, ha añadido el ex presidente de la Federación de Asociaciones Científico-Médicas Española (FACME).
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La Displasia Broncopulmonar (DBP) es la enfermedad pulmonar crónica del recién nacido prematuro que, como consecuencia de múltiples factores añadidos a la inmadurez de las vías aéreas y el pulmón, provoca una disminución del crecimiento pulmonar limitando la función respiratoria, pudiendo alcanzar formas graves e incluso producir la muerte. Por su baja incidencia -cada año afecta a cerca de 1.000 bebés nacidos en España- es una enfermedad rara y bastante desconocida para la población general.
El envejecimiento de la población y el aumento de la esperanza de vida están provocando transformaciones, aceleradas y radicales, en los patrones de enfermar. Es por ello que actualmente las unidades de Medicina Interna (UMI) atienden a más del 25% de los pacientes ingresados en los hospitales del Sistema Nacional de Salud, pacientes en su mayoría mayores de 80 años y con problemas crónicos de salud. Este nuevo escenario obliga a redefinir los modelos de asistencia sanitaria, tradicionalmente basados en la asistencia a procesos agudos. Algunas sociedades científicas de Medicina Interna (MI) de países desarrollados han propuesto nuevos modelos organizativos para adaptarse a los cambios. Sin embargo, estas propuestas solo son parcialmente exportables a nuestro modelo sanitario.