Diferencias regionales en endocarditis infecciosa
La endocarditis infecciosa presenta un diferente perfil clínico y es manejada de forma muy dispar entre las distintas regiones y hospitales de la geografía española, dando lugar a diferencias de casi el doble en la mortalidad entre unas Comunidades Autónomas y otras. Así lo ha puesto de manifiesto un estudio desarrollado por distintos investigadores con la colaboración del Grupo de Apoyo a la Investigación de la Fundación IMAS. El trabajo, que contó con financiación de la Fundación Interhospitalaria para la Investigación Cardiovascular (FIC), fue presentado en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología el pasado mes de agosto.
La investigación analizó el perfil de los pacientes con endocarditis infecciosa tratados en hospitales españoles del sistema público de salud entre 2016 y 2019, lo que supone un total de 17.473 pacientes, de los cuales unos 9.000 fueron aptos para el estudio. “Como ya es bien conocido, hemos encontrado que la incidencia de la enfermedad es más del doble en varones que en mujeres, afectando principalmente a pacientes varones mayores y con comorbilidades”, explica la Dra. Carmen Olmos, cardióloga del Hospital Clínico San Carlos e investigadora principal del estudio.
Esta grave enfermedad, producida por una infección bacteriana del revestimiento interno del corazón (endocardio), presenta una elevada mortalidad ya que uno de cada cuatro pacientes fallece durante el ingreso. Los microorganismos más frecuentemente implicados son los estafilococos (33%), seguidos de los estreptococos (30%) y los enterococos (15%), según arroja el estudio.
“Comenzamos a trabajar con el grupo de apoyo a la investigación de la Fundación IMAS alrededor de 2016, y las colaboraciones con ellos han sido muy fructíferas. La información del CMBD a la que tienen acceso aporta una mirada distinta de la patología a la que tenemos cuando únicamente analizamos resultados de unos pocos hospitales de referencia”, asegura la Dra. Olmos. “En este trabajo, además de evaluar en conjunto las características clínicas, epidemiológicas y pronósticas en el total de casos, hemos realizado una comparación del perfil entre las distintas comunidades autónomas”, relata la investigadora.
El estudio detectó diferencias significativas entre regiones en prácticamente todos los aspectos analizados: desde la incidencia estandarizada a distintos perfiles clínicos. “Las diferencias más relevantes clínicamente tienen que ver con el porcentaje de cirugía, que es muy distinto entre regiones (oscila entre el 7 y el 26%), y con la mortalidad ajustada al riesgo, que es asimismo muy dispar (19% a 36%)”, ha asegurado la cardióloga.
Estas diferencias no significan necesariamente una desigualdad pues, según explica Olmos, “tienen un origen multifactorial, y pueden influir factores epidemiológicos o clínicos que no son modificables”. Sin embargo, hay un margen de mejora pues “sabemos que en los pacientes que cumplen una indicación para tratamiento quirúrgico, la cirugía es crucial para mejorar su pronóstico y el porcentaje de cirugía global en España es bajo, con grandes diferencias entre comunidades”, asegura la experta en endocarditis. “Es posible que, si los pacientes con endocarditis fueran en su mayoría tratados en centros de referencia, este porcentaje fuera mayor”, añade.
En todo caso, “independientemente de la necesidad o no de cirugía, diversos estudios observacionales han demostrado que ser tratado en centros que disponen de equipos multidisciplinares de endocarditis se asocia a un mejor pronóstico y a un mayor seguimiento de las recomendaciones de las guías de práctica clínica”, subraya la investigadora.
En cuanto a los próximos estudios en endocarditis infecciosa con la Fundación IMAS y la FIC, la Dra. Olmos explica que están “analizando el impacto de la enfermedad renal terminal en el pronóstico de los pacientes con endocarditis en España comparando pacientes con trasplante renal o en hemodiálisis, con los restantes casos. Así, analizaremos las posibles diferencias en el perfil epidemiológico, clínico, microbiológico y en el pronóstico”.